Qué siente tu cuerpo cuando escucha en todos los medios de comunicación la frase “La nueva normalidad”.
¿A qué retos te has enfrentado durante estos días guardado en casa y tus emociones a flor de piel?
¿Te has sentido más ligero o un poco más ansioso/a?
¿Has retomado actividades que habías dejado pendientes por desidia o por falta de tiempo?
Podría enumerar un montón de preguntas derivadas de este tiempo en casa. Sin embargo, me gustaría ahondar un poco más que lo superfluo. Empezaré porque le preguntes a tu pequeño niño interior cómo se ha sentido con este cambio de rutina, con estos nuevos espacios, con este nuevo tiempo compartido con su hogar.
Esta nueva normalidad va más allá de la serie de medidas que debemos tomar para mantenernos a salvo como población. Se relaciona más íntimamente con la manera en que hemos aprendido a desarrollar la empatía, a ser más compartidos y más compasivos. Algo muy rescatable de esta cuarentena es la manera en la que miramos al mundo. Eres de los que constantemente critica a los que no usan tapabocas o haces algo para motivarlos a que lo usen por un bien común. Recuerda que siempre recibimos lo que otorgamos y que el Universo te entregará quejas si solo emanas palabras de juicio.
De qué manera has conectado con tu espíritu de manera diferente y no rutinaria. Recuerda que los eventos de esta época los hemos elegido desde un plan álmico como sociedad y si se nos ha permitido vivirlo es porque estamos preparados para cambiar la manera de ver las situaciones y proponer diferentes alternativas para evolucionar como personas y sociedad.
Dentro de las cuestiones principales que debes de reconocer en esta nueva normalidad es que eres un ser humano antes de este evento mundial y un ser diferente después.
Y, no me refiero a físicamente sino a mental y espiritualmente. Seguramente dentro de este tiempo en casa has pensado en todas aquellas cosas que has dejado de hacer por darle prioridad a otras sin tanta importancia. O, tal vez has querido salir a abrazar a ese amigo del que te alejaste por alguna riña sin sentido pues ya lo extrañabas, pero nunca te imaginaste que la probabilidad de no volver a verlo jamás era muy alta.
Otra parte importante a nivel mente dentro de esta nueva normalidad se relaciona íntimamente con la manera en la que escuchas y percibes la información del exterior.
¿Eres de los que constantemente ve noticias para mantenerse en un estado de constante alerta?. O bien, optas por la paz de tu espíritu y te informas de manera pasiva sin llevar a tu cuerpo a un nivel de estrés considerable. En este punto me gustaría hacer hincapié que de acuerdo al tipo de información que elijas será el tipo de ambiente del que te rodees pues es un tipo de efecto dominó. Por ejemplo, primero escuchas una nota amarillista o fatalista, tu cuerpo se acelera y entra en estrés para que seguido de eso tu jefe te llame por algún pendiente y tú ( al estar bajo estrés derivado de la información que elegiste escuchar) no estás presente en el diálogo con él, terminas entregándole algo totalmente diferente a lo que pedía y terminas con un diálogo interno de juicio. ¿Te das cuenta que una sola elección puede cambiar el curso de un día normal de tu vida?
Tu día tiene millones de elecciones al día: qué desayunar, qué usar, bañarte o no, a quién llamar, qué ver, hablar tranquila, hablar enfadada, qué comer, a qué hora dormir, etc. Sin embargo, está en ti decidir lo mejor siempre para tu tranquilidad derivada de la cual los sucesos a tu alrededor se verán beneficiados de serenidad.
No se trata de desinformarnos, pero tampoco de caer en pánico. Tampoco se trata de vibrar desde el miedo, pero sí de elegir nuestros pensamientos cuidadosamente para proteger nuestra energía.
Recuerda que tú eres el único responsable de la realidad que coloreas en tu vida y alrededor de ella. Dentro de esta nueva normalidad, después de este parteaguas mundial, caerá perfecto que comiences tu día con el sentimiento de gratitud pues mientras tu abres los ojos alguien más tal vez lucha por volver a abrirlos.
Es momento de comenzar a realmente vivir dentro de un mundo empático en el que no se puede ser ajeno al dolor de los demás pues es un dolor que suma a una energía local, nacional y mundial.
Es un excelente tiempo para que nuestra nueva normalidad sea regalar luz sin mirar a quién, desear bendiciones para la gente que ni siquiera conocemos, abrazar en la distancia a aquellas familias que han sufrido alguna pérdida sin importar si las conoces o no. De eso se trata la compasión, de intentar sentir, comprender y no ser indiferente ante el dolor o angustia de las demás personas.
Es en este preciso momento que la hermosa Pachamama nos pide, desde su centro, comenzar en una nueva normalidad de amor y respeto para ella y para cada uno de los seres vivientes que existen en ella pues cada uno de ellos forma parte de su energía divina y es indispensable para continuar con el ciclo de la vida.
Es tiempo de que esta nueva normalidad te regale una nueva manera de ver los acontecimientos que se presenten en tu vida siempre con un bien inherente.
¿Cuál es tu nueva normalidad?
Si te resonó, abrígalo en tu corazón.
Te abrazo en luz
Escrito por
Sugey Salazar Álvarez
Angelóloga
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La nueva normalidad aquí en México aún no comienza del todo, estamos en números rojos que incrementan día con día… Ciertamente pienso que la parte emocional ha sido la más afectada en mi vida en este proceso interminable. Empece esto con una buena actitud, pero al cabo de dos meses creo que mi actitud no ha sido la mejor de todas… En fin, un abrazo a la distancia
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Hola, antes que nada, agradecemos tu tiempo para leer nuestro artículo y comentarlo. Definitivamente ante situaciones que llegan de repente y para las cuales no estamos preparados, las emociones forman un papel fundamental para poder sobrellevar y enfrentar los escenarios que se nos van presentando. Hay que vivir la crisis reconociendo y gestionando las emociones que vamos experimentando para crear resiliencia y poder salir incluso fortalecidos. Una buena actitud es fundamental. Pero también se vale tener cambios de estado de ánimo, sentirse bajoneada es normal, así que no te preocupes. Pero recuerda, no sabemos cuándo acabe la pandemia y el confinamiento y siempre será mejor vivir con una buena actitud y viendo las cosas positivamente. Así que sonríe y ánimo!!! Por aquí nos vemos en nuestros próximos artículos y sonríe =) al menos esta pandemia nos dio la oportunidad de coincidir por este medio!!!! Un abrazo!!!
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Un abrazo grande para ti también!!
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